Las olas, lejanas, braman en líneas,
en aleteo abisal de rayos pálidos,
suspiros ahogados del abismo;
la eternidad es verde, blanca y azul,
la vida es color oro en la mar del sur;
Conchas, partidas,
claquean, troquean,
repican, tranquilas;
rompe una ola sobre nuestras cabezas,
explota la espuma
en la curva recta de la Tierra,
nosotros,
perpendiculares en el horizonte,
nuestras vidas se alargan con la sombra;
la sangre del día cae
sobre el hilo de la costa,
detiene el mar, tiñe la sal...
Sabor del mar ahogado;
la vida se escribe en rojo, verde,
azul y amarillo,
encuentro de todas las vidas,
pintadas, o escritas.
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