I am only a fool
who buys many books

jueves, 9 de mayo de 2013

Como despiertan las chispas del rocío a la rosa blanca
con su hermana, la rosa roja,
enredada en las verjas del jardín vecino,
el goteo del Sol tras la ventana despierta a Zeus que ronroneaba dormido,
en sueños de mantas cálidas y Veranos silenciosos,
jugando con Leda entre rosas,
paseando en su lomo los colores del Estío.
Así se enciende pausada la luz del día,
agitando nuestros cuerpos enroscados,
derramando la mañana sobre nuestra piel nocturna
desde dos fuentes de aguamarina,
vigilantes en su pedestal de gato olímpico.
Y con el día se aviva la música muda de nuestros besos,
percusión de labios dulces,
precediendo in crescendo a la orquesta de los sentidos.
Atraídas por la música alargan su cuello las hermanas rosas,
y Leda juega con un gato callejero,
pintando trazos naranjas en el verde del jardín vecino.



miércoles, 8 de mayo de 2013

A ese que se dice mi amigo,
y al pedirme diálogo me clava en la espalda su odio,
ese que al volverse mis ojos de su vigilancia
llena los oídos de mis vecinos con su desprecio,
¿Qué gracia me ha de pedir,
qué respeto le debo dar?
Si tan valiente se muestra al ofenderme,
¿A qué se indigna, si de la misma manera he de responderle?
Al rebelde de pacotilla
que me arroja palabras hirientes como espadas,
y se sorprende si yo lo callo con espadas verdaderas,
¿Qué ha de esperar de mí?
Si tan fuerte se siente para retarme,
¿No habría de serlo también para soportar mi respuesta?

sábado, 4 de mayo de 2013

Finis Gloria Mundi

Me pregunto
¿Qué guerra hay peor que la que divide en su abismo a la familia,
 y convierte la sangre hermana en enemiga?
¿Qué dolor hay más profundo que el de verse desmembrado,
privado de parte constituyente de nuestra carne viva,
y sentir agonizar el cadáver necrosado de la unidad?
Arranca cirujano, más bien curandero de matraca de huesos,
corta este brazo que ha infectado tu lengua venenosa.
Tú, sátrapa autónomo, que has engañado el oído del hombre contra su vecino,
pastor renegado de ovejas crédulas,
que aparcelas tu rebaño y lo marcas aparte para mejor despojarlo,
levantando muros donde antes reinaba solitario el verde ilimitado de lo natural.

No se me ocurre peor insulto a Dios que el de la frontera,
partición de la unidad del hombre.
Sonríete mientras puedas, mercader de ideales,
llegará el día en que te sientes ante un juez más sabio y temible,
el tiempo humano, cauce de la historia,
que aparta el barro del oro y muestra relucientes o herrumbrosas nuestras acciones,
y de cuya mano llegan los heraldos de un orden superior:
los gusanos, ministros del último mensajero,
ante los cuales el cuerpo del hombre está desnudo de cargos y oficios mortales.
El gusano no distingue entre catalán o castellano,
sureño o septentrional,
solo entiende el oscuro lenguaje de la carne muerta y las oportunidades desvanecidas.
Si no queremos amarnos como hermanos en vida,
se nos unirá como tales en la muerte.


viernes, 3 de mayo de 2013

Yo soy la brisa que te acaricia sin tocarte,
disuelta en la miríada de pepitas de luz
que espolvorea el Sol sobre el cuerpo desnudo de Primavera.
Yo soy el fruto enterrado en lo profundo del pensamiento,
alargando las raíces del anhelo,
floreciendo los colores del ensueño en el ojo abierto del día.
Yo me agito en la espuma que eleva en crespo trono el oleaje,
en la arena efímera que cabalga el viento de crin salada,
posándome en tu alma con la suavidad que guarda el cielo al cubrir la tierra,
con la intensidad con que el fuego abraza la madera seca.

Yo estoy sin estar, 
porque no soy nada lo soy todo.
Navego los espacios blancos que rugen entre las palabras, 
y construyo mis hogares pasajeros,
tiendas de fieltro nómada,
en las cimas invisibles de tus cabellos.
Yo soy ligero como el vapor, extenso como la oscuridad de la noche,
Todo esencia, sin apariencia;
como un cristal líquido reflejo el cosmos,
y soy la vida entera, sin estar vivo.