Ahora estoy borracho,
y por tanto es cierto cuanto digo.
Piel de mujer inalcanzable,
cazadora, presa,
prófuga,
martillean en mis sienes tus besos
enclaustrados, enterrados
en una docena de hazañas; temeroso,
así me inclino ante el azar mágico
que te posee, mi reina, mi deseo inexhaustible;
tiemble el cosmos y cuantos personajes lo habitan....
Yo amo, a Dios,
le digo,
yo amo cada defecto
que lleva a construir un círculo más
en las entrañas del infierno.
Yo sé que la añoro,
aunque nunca la haya conocido,
yo sé que la canto,
aunque nunca la haya escuchado.
Tiemble el mundo y caigan los cielos,
yo sé que la amo.
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