I am only a fool
who buys many books

viernes, 28 de febrero de 2014

Nunca sirvieron a nadie cartas de amor,
jamás, nunca, pudieron ganar un corazón;
no es carne latiente la que intenta amar,
sino un árbol deshojado.
No sirve a nadie el deseo,
es carga en el camino, 
pesada prenda;
no son tiernos los besos imaginados,
solo una espina el querer solo querido,
nunca realizado, siempre eterno,
eternidad baldía del peregrino.
Y mañana...
breve llama...
No habrá descanso a los anhelos del alma,
la piel aspira a la piel,
y la estrella navegará de nuevo,
ciega en el éter, en vano para todos. 

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