Tantas canciones que caen yermas
en este flagelante vacío,
este saco roto que arrastro
enterrado en mi pecho herido;
tantas noches imperfectas,
cuadradas, como una habitación
sin tu aroma, tu huella,
sin sueños ni amanecer ni día;
tantos anhelos punzantes,
llamas enardecidas sin quererlo,
deseos atados con espino y alambre,
así tantas horas sin vivirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario