I am only a fool
who buys many books

miércoles, 17 de octubre de 2012

El día que morí fue el más triste de mi vida.
Pensé, "mis viajes, mi amor, Sol que amaneces en la distancia,
lluvia que lo entierras y oscureces las hojas del Otoño,
No habréis de volver nunca a mí.
Ni la brisa, azul en Verano, gris de Invierno,
rizos cálidos y miradas de dulce verde destilado".
Pensé que todo había acabado, el día que morí.
Pero no hay viaje que tenga fin; no hay rosaleda que no perviva
en la semilla de primaveras por venir. 
Rojos frescos brotaron de mi corazón marchito,
y en sangre renovada, de nueva estrella ardiente,
Viví de nuevo, el día que morí,
nací en eterno ciclo, rueda del cambio, arroyo vibrante del alma.
Viviremos, y no habrá final a nuestro amor, que se reintegra en cuerpo desconocido,
y habrá penumbra en la noche de nuestras conciencias, 
Solo para que otra vez alumbren de oro las nubes.
Tumba, cuna y sepultura,
Creación, muerte, solo palabras, solo pasiones,
que van y vienen, despegadas del viento como herrumbre.



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