I am only a fool
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domingo, 20 de enero de 2013

Últimos Pensamientos de Constantino

"La Kerkoporta es apenas un rasguño en los muros de Constantinopla, y sin embargo mira como a través de esa estrecha herida se desangra nuestra ciudad, como se desvanecen por ese fino corte mil años de gloria, adornados de oro y mármol. Muchos antes que yo llevaron la púrpura del emperador, en línea directa desde la antigua Roma, pero es la voluntad de Dios que yo haya de ver la destrucción de nuestro mundo, yo he de ser el que despierte de este sueño dorado en el que generaciones enteras han nacido y vivido durante siglos, un sueño por cuya ley miles han muerto o sufrido, pero un sueño al fin y al cabo. Todo reino, toda nación, cae. Las ciudades del hombre se consumen y pudren como la carne y los huesos de sus creadores, nuestros hogares se construyen de piedra perecedera, nuestros imperios se erigen sobre conquistas frágiles, sobre leyes olvidadas y mentiras. Todo poder terrenal es una ilusión. Yo, que soy por herencia señor de Roma, del oriente y el occidente, no alcanzo a poseer más que una ciudad ruinosa que yace junto al mar en la memoria de días pasados, y unos cuantos poblachos pesqueros en las orillas del Bósforo, aunque ahora hasta ese pobre patrimonio me arrebatan."

"Los jenízaros del sultán ya inundan las calles, saquean casas y monasterios. Frente a las puertas de las iglesias arden los iconos, en piras a las que la soldadesca arroja todo cuanto no sea de oro o plata. Los caballos turcos pisotean el mármol de los antiguos palacios, y exterminan las familias de los ricos mercaderes, de los aristócratas soberbios. ¿Dónde quedan ahora su señorío, su arrogancia? Sus hijos servirán como catamitas de Mehmet, sus hijas padecerán en un lecho de horrores antes de ser esclavizadas o asesinadas, y toda su fortuna quedará esparcida a los vientos marítimos como las cenizas del imperio consumido. ¿Me culpará la historia de este desastre, acaso no hice cuanto pude por salvar Constantinopla, no ansié restablecerla en su riqueza y bienestar? Pero yo fui desde el principio gobernante de un reino extinto, amo de los últimos estertores de una tierra que fue poderosa, pero condenada a desaparecer desde antes de mi nacimiento. Qué puede hacerse contra un hado adverso, no podemos forzar a la vida, obligar al Universo a darnos cuanto deseamos. Yo solo soy un hombre, debajo de toda la parafernalia del orgullo  y la falsedad del ego, tan solo un hombre luchando en lo más profundo de una tormenta, tratando con todas mis fuerzas de elevar la cabeza sobre las olas oscuras, apenas el tiempo suficiente para tomar una bocanada de aire que alargue mi tiempo en este mundo. He combatido, sí, y he perdido. He hecho cuanto pude, he peleado contra mis enemigos en las murallas hasta derramar la última gota de sangre que mi cuerpo podía ofrecer ¿Qué más cabe esperar? Muchos piensan, en su arrogancia, que deben cuanto tienen a sus propios esfuerzos. Nadie en esta tierra se ha esforzado más que yo, ni siquiera el sultán otomano que ahora, sentado en la cima de su poder, deleita el gusto en las mieles de la victoria, y a su paladar nuestro sufrimiento sabe a gloria. Pero algún día su imperio también se desvanecerá, consumido por la edad y el tiempo, que es la muerte de todas las obras humanas. Y no importará cuánto afán empeñen sus descendientes en mantener su herencia, lo perderán todo. No se puede exigir más a un hombre que afrontar sin miedo las pruebas que jalonan la Tierra, dar sin pensar en recibir, sacrificar hasta el último átomo de su carne viva por aquello que anhela su corazón, por aquello que cree correcto. Nada más está en nuestras manos, el éxito o el fracaso pertenecen a Dios, y a Su encuentro voy ahora, sumergido en un mar de sangre, espadas y rostros enemigos."

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