I am only a fool
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domingo, 24 de junio de 2012

La Fortaleza

Los muros de nuestro castillo parecen fuertes, pero por dentro sus vigas se astillan, carcomidas, y la argamasa que une la sólida roca se quiebra y desprende al posar la mano sobre ella.


Nuestro castillo ocupa un solitario risco desnudo, desde el que domina la llanura y las florecientes riveras. Pero la guarnición permanece hambrienta, nuestros suministros están plagados de insectos y las ratas roban nuestro pan y nos enferman. La servidumbre se escurre por entre las columnas del gran salón, a la sombra del trono donde el señor pierde su mirada más allá de las copas y los asientos, vacíos a su alrededor. El señor calló hace años, solo balbucea; su barba se arrastra por el suelo y sus uñas se han vuelto garras; sus ojos se engañan con fantasmas felices de tiempos dorados, con sueños y sombras que nacen de un oscuro rincón de la memoria. Aisla el corazón de la ruina que le rodea.


Nuesto castillo parece fuerte, debe parecerlo. En los torreones ondea orgulloso el emblema de nuestra familia, por las almenas pasean nuestros hombres con sus cotas pulidas, apoyando su paso débil en lanzas oxidadas. Debemos parecer fuertes, aunque nos pudramos, aunque una noche de lluvia basta para hacer temblar la piedra sobre nuestras cabezas. El castillo debe parecer fuerte, es todo lo que nos queda. Solo por eso vivimos.









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