A la Luna llena, que me miraba desde el cielo a través de mi ventana, le pedí un deseo, ya que allí de donde vengo la Luna trae suerte, y cuando está en su cenit lee en los corazones de los hombres y se apiada de sus anhelos imposibles.
Esa noche, alumbrando directamente en mi cabeza mientras dormía, estaba la madre Luna. Le pedí que rebuscase en mi alma mi deseo más apremiante y duradero, y soñé, confiado en su poder. Pero al amanecer seguía estando solo en mi cama, y a lo largo del día no hubo señal alguna de tu presencia. Por la noche un amigo me llamó y, para hacerme olvidar, me llevó de putas. Se rompió la magia de la Luna, y ya no volvió a mi ventana. Nunca.
Ojalá la luna concediera deseos.., yo en cambio cuando la miro solo encuentro una lagrima en mis ojos, un recuerdo en mi mente y un amor ya ausente...Pero seguiré mirando la luna, rogándole por mis deseos mas ocultos, esos que solo yo guardo en mi corazón.
ResponderEliminarSigue escribiendo, porque despiertas algo dormido en mi, un beso