I am only a fool
who buys many books

jueves, 29 de noviembre de 2012

La vida antes de la vida

-¿Y tú que fuiste, antes de nacer?

"Yo era valiente y justo, yo era un capitán de hombres, los dirigía en la guerra y me enfrentaba con ellos a la sombra de la existencia, trayendo conmigo la luz de la civilización. En mañanas heladas de bosques primigenios llevaba el estandarte de emperadores y ciudades, hace mucho olvidados, al centro tenebroso de Germania, del Asia y la Tingitania. Yo mataba o era muerto, con justicia y honestidad luchaba contra gentes que eran mis iguales, no por codicia o placer, si no porque en eso consiste nuestra vida, en luchar, con dignidad y respeto, contra nuestros iguales. Y nunca cometí crueldades innecesarias, toda crueldad lo es, y jamás me ensañé con un hombre herido, y mantuve mi conciencia limpia hasta el fin de mis días, pues no dejé que mi corazón se empañara con las manchas de la pereza y la ignorancia, ni fui frívolo ni decadente, ya que cualquier exceso es decadente para el alma, pero yo practiqué la mesura y fui honesto con todos y todo lo que amé, y construí mi memoria en el mundo con altas columnas de mármol victorioso.

Después vino la oscuridad, que siempre nos acaba alcanzando, pues no importa cuanto creamos estar lejos de su paso, ella camina pegada a nuestros pies y observa con tenebrosa atención cada una de nuestrass acciones; y tras la sombra recuerdo el Sol brillante, el verde, una voz dulce de mujer, un amor que llenaba el mundo de bienestar y equilibrio. Crecí de nuevo, fui un hombre sabio en la corte de un califa. Por mi ciudad, que era la más hermosa del mundo, pasaba refulgente un gran río, al río lo cruzaba un puente de piedra, y a la cabeza del puente podía verse una torre amurallada y a sus espaldas un templo de gran belleza, pues aunque el exterior era pobre, humilde, y no pretendía de los días más que ser unos cuantos muros de ladrillo, por dentro contenía un esplendor de dorado fastuoso, mil columnas de color de nubes y atardeceres, mosaicos de cien brillos espejados, y era un ejemplo de como debe ser el espíritu de los hombres. Yo era un poeta y amaba la belleza,  la belleza estaba en todas las cosas y todo era uno con Dios. Adoré la vida, sus placeres, el esplendor de sus Primaveras en unos pechos suaves, que se abrían sinceros como el jazmín en nuestros jardines. 

Pero todo eso es polvo esparcido por vientos tormentosos. El Sur anciano, padre y madre de la civilización, se arrodilla al Norte egoísta, frío hasta los huesos, mecanicista. Cómo da vueltas la rueda de la fortuna, que estas tierras que fueron ricas, bellas,  y gobernaran al mundo no sean ahora más que naciones mendigas, sirvientes aduladores de un nuevo imperio forjado de engranajes y mentiras, de engaños de mercachifle, y con el fulgor violento de la ciencia del átomo.

Ahora no soy más que un triste oficinista, un tornillo, una cuerda, una gota de combustible en este motor que nos mueve a todos al desastre. El mundo es ahora un lugar de hastío y deshonestidad, la belleza se ha vendido, la virtud se ha vendido, y nadie piensa sino en la riqueza inmediata, en satisfacer sus placeres más sombríos a costa de la felicidad ajena. ¡Llueva fuego sobre este mundo triste! Yo que fui un hombre, ahora no soy más que una máquina. Yo, que fui libre, ahora no soy más que un esclavo democrático de mis vísceras y mi bolsillo. Y aún debo agradecer que se inventara el progreso."

-¿Y qué serás mañana, cuando vuelvas a nacer?

"Mañana no naceré más, pues ya he cumplido mi ciclo en este mundo y debo mudar de esfera. Mañana no habrá mañana, el tiempo y el espacio desaparecerán, se desatarán como cadenas rotas, seré libre para unirme a cuanto existe, seré uno solo con la creación y observaré la Tierra y sus habitantes con los miles que fueron antes que yo, y todavía son."

No hay comentarios:

Publicar un comentario