Cuando la tenía, apretada,
gimiente entre mis brazos,
no la amaba.
Se fue, se me fue la vida
de sus besos, de su carne suave,
y algo perdió sus pétalos dentro mía.
Entonces la amé,
cuando estuvo perdida.
¿Será verdad entonces,
verdad terrible,
que nada tienen que ver
amor y placer?
El placer vive
mientras están vivas la piel y la carne,
y Amor es un fantasma que nace muriendo.
El corazón solo se llena
cuando la noche es silente y profunda,
y el lecho, solo una caja hueca y oscura.
Amor y placer van de la mano, aunque a veces estaría bien que no fuera así.
ResponderEliminarA veces dudo de que vayan de la mano. La frase la leí en un poema de Manuel Machado, y me dio que pensar.
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