¿De qué me habla señora?
¿Qué es eso que dice, insensata?
No ve que sus palabras no son nada para mí,
¿Qué es la ciencia, qué la lingüística, la historia?
Juguetes con los que usted comercia,
pero hoy soy más jóven,
y aun así más sabio que usted.
Hoy no puedo perder el tiempo,
del que se desangra la vida,
en este edificio de miseria y sueños aplastados.
¿No ve, desde su estrado vigiliante,
que mi amor se va,
que mueren en mi corazón mil esperanzas al unísono,
clamando a Dios por un segundo más?
Y usted me habla de lexemas...
Mi amor se va, la vida se me escapa,
y usted me consuela con morfemas.
Te comprendo. En mi tristeza tengo que hacer una labor de investigación sobre la influencia del Quijote en la literatura inglesa.
ResponderEliminarYo escribí este en una clase de semántica y pragmática inglesa, que debe ser lo más antipoetico del mundo
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