Yo quiero ser el Sol que amanece
desde tus ojos cada mañana,
como nadando en un estanque de líquen verde,
quemando la maraña de los días huecos
en una pirotecnia dorada.
Yo quiero risas, miradas como fuentes de luz blanca,
y ternura, y sonrisas escritas en mi corazón,
entre las páginas de mi cama.
Tú y yo, de la mano un Domingo,
andando mezclados con cafés y torreones regios,
nuestros ojos engalanados de púrpura,
medallas de una noche sin haber dormido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario