No desprecies, mi vida, tus pies.
¿No son tus servidores más fieles,
no sostienen tu orgullosa forma entera,
cargando en sus espaldas el peso de tu belleza?
Tus pies no son feos,
ni la palabra que los nombra lo es.
Pie es tarta en inglés,
y los tuyos son pasteles de nata
coronados cada uno por cinco guindas de plata.
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